dimarts, 18 de setembre del 2012

ACADEMIA “MOYA CLUA”

Todo empezó cuando visioné una fotografía, a través de un grupo en Facebook, “Fotos de La Guineueta por décadas”, donde se puede observar a una familia con 5 miembros. Detrás de la familia se observaba un letrero, bien colocado en la parte alta, que me llamó poderosamente la atención. El letrero que aparece en la foto era esquemático: “Moya Clua”. Inicialmente pensé que se trataba de alguna oficina electoral, de aquellas elecciones al llamado Tercio Sindical y Familiar, que se habían realizado en alguna ocasión por aquella década. Pronto me hicieron salir del error, ya que se trataba de una academia que había funcionado durante unos años en La Guineueta. Me llamó la atención que se le pusiera a la citada academia, el nombre de una persona en activo, y me tomé un cierto interés, por lo que había sido de la academia, de la que han ido apareciendo varias fotos y los recuerdos impagables de una alumna, María González Moreno, que pasó por sus aulas, hace ya varias décadas.
 
 
 

A mediados de la década de los años 60, se abrieron una serie de academias privadas, instaladas en los bajos de cualquier edificio, que ante la carencia existente en materia de educación, cubrió una función social, que en muchos casos, como ha sido las varias academias “Molina” que hay diseminadas por la Guineueta, el “Liceo Europa”, el “Liceo Luz”, sito en Casals Cuberó con Legazpi, y otros, no se ha tenido en cuenta, a la hora de pasar histórico balance.
La academia “Moya Clúa”, se abrió cuando el barrio de La Guineueta se fue poblando de recién llegados, y debió de cerrar cuando fueron aumentando las plazas escolares, a nivel municipal y a instituciones religiosas que se implantaron en diferentes barrios. En “La Vanguardia Española” del 16 de enero de 1970 se publicaba el estado de los 41 grupos escolares que estaban en marcha, varios de ellos por la zona del actual Nou Barris, y se tenían que finalizar antes de finales de 1971. La academia “Moya Clúa” estaba situada en los bajos del edificio de 15 plantas, un rascacielos en el cruce de Valldaura con Favéncia, que ocupó los números 111-1115 de Valldaura y 62 de Favéncia. Pocos rastros originales quedan después de tantas reformas, a pesar de que sólo han pasado sobre los 45 años. Algunas fotografías nos ayudaran a recordar la situación.
 
 Puerta de entrada de la clase de los niños
 
La academia constaba de dos clases una de niñas y otra de niños, de diferentes edades con un único maestro por clase. El director y propietario era el Sr. Cano. La entrada de los niños estaba en el lateral, en la esquina con Favéncia. La entrada de las niñas estaba justo enfrente de la entrada de los vecinos, en el interior que divide las dos isletas. A continuación, en el interior, se encontraba el Bar “Ibiza”, al frente del cual estaba el Sr. Angel. Al lado de la puerta de entrada vecinal había un colmado regido por el Sr. Manuel, que hoy con la persiana bajada, se mantiene con el cartel de “Se alquila”. A continuación estaba la clase de los niños, con la puerta de entrada que aparece en la foto. Una profesora que es recordada es la Srta Luque.
La academia “Molina” tenía su entrada en lo que hoy en día esta ocupado por la consulta de un veterinario. El local de la academia ocupaba lo que hoy es el local donde alquilan maquinaria. Con posterioridad se abrió otra academia, en zona de lo que después se convirtió en la parte superior del Parque Central de Nou Barris. En el barrio de La Prosperitat, en la calle de Tissó, desde hace años existe la “Academia Cano” cerrada hace varios años. ¿Existió relación con la “Moya Clúa”?
 
 Arriba: el director Sr. Cano y sus alumnos. Abajo: foto actual
 
Pero tras estos datos de la situación de la academia, quedaba algo para contar, según mi punto de vista: Quién era Moya Clúa?
 
PEDRO MOYA CLÚA
 
Barcelona (C. Muntaner nº 220), 26 de junio de 1918. Era hijo de un jornalero originario de Saldón (Teruel). Era el segundo de tres hermanos. Fue movilizado por el Ejército de la República en la llamada “Quinta del Biberón”. Había trabajado de mozo de almacén en “Can Vicens Ferrer”. Fue despedido después de la Guerra Civil. Encontró trabajo en una fábrica de vidrio, sita en la Plaza del Peso de la Paja. Allí fue elegido enlace sindical en las primeras elecciones sindicales dentro de la CNS, a finales de la década de los años 40. Anteriormente había militado en la UGT. Algunos antiguos militantes sindicales, principalmente de la CNT, a título personal, aprovecharon esta grieta que el Régimen ofrecía para introducirse en el organigrama de la CNS, la Central Nacional Sindicalista, el Sindicato Vertical del Régimen franquista. Los dirigentes sindicales franquistas vieron con buenos ojos la llegada de antiguos sindicalistas no radicales, a la estructura de la CNS. Deseaban que destacados líderes cenetistas ocupasen cargos en la CNS.
El caso de Pedro Moya Clúa fue de los que destacaron y tuvieron un cierto poder dentro del área sindical, a nivel de Barcelona. Se rodeó de colaboradores ugetistas. El sindicalismo pagaba las dietas, viajes, piso, empleo para los hijos, otras mil cosas...así compraban voluntades.
Quién lo conoció opinaba que su actuación no fue ni mala ni buena, sino un acomodado que llegó muy alto. Se propuso que los enlaces sindicales accedieran a cargos en los Consejos de Administración de las empresas. Fue el introductor de que los jubilados cobrasen por las entidades bancarias. Tenía su particular manera de hacer justicia. Existe la anécdota de que cuando iba con el ministro a alguna reunión de la OIT, a Europa, el ministro le llevaba la cartera, ya que el cargo de Moya Clúa era vitalicio y el del ministro no.
Miembro de las Cortes, como representante del Tercio Sindical, desde el 13 de mayo de 1949 hasta el 30 de junio de 1977, fecha en que se autodisolvieron las Cortes franquistas. Prueba de su poder fue que el 14 de septiembre de 1949 fue recibido por el Gobernador Civil de Barcelona, Baeza Alegría, al frente de una representación del Sindicato Provincial de la Construcción, Vidrio y Cerámica.
Fue recibido en audiencia por el Jefe de Estado, el 16 de febrero de 1972, en su calidad de Secretario 3ª de las Cortes y Presidente de la Unión Nacional de Trabajadores y Técnicos del Sindicato Nacional de Vidrio y Construcción.
Muy condecorado. Entre sus numerosos cargos hay que destacar el de Presidente Nacional de Montepío, Presidente de la Asamblea Provincial de Mutualidades, Presidente de la Sección Social del Sindicato de la Construcción de Barcelona. Tuvo un alto cargo en la Residencia Sanitaria “Francisco Franco”. Falleció en su domicilio de Barcelona el 1 de julio de 1979.                                                                                                         
 
 
Roberto Lahuerta Melero
 

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